sábado, 20 de octubre de 2012

Dejemos los biberones y luchemos con la pluma


Es un ruido casi ensordecedor; como si millones de bebes se hubieran puesto de acuerdo para llorar a pulmón en el mismo sitio al mismo tiempo. Pero, al prestar atención, nos damos cuenta que el ruido no proviene de pequeños vástagos que expresan su malestar; o sus ganas de amamantar; a través de sonoros sollozos. El ruido proviene de las millones de quejas que los adultos nos transmitimos. Por la situación económica, la crisis, la falta de liderazgo político, el desempleo…
No niego que las quejas tengan un breve efecto terapéutico. Son una vía de escape; un consuelo. Es terapéutico. Son una vía de escape; un consuelo. Es humano expresar nuestra disconformidad con lo que está pasando. A alguien hay que echarle l culpa. Siempre es más cómodo buscar un culpable que trabajar en la solución. A mí también me pasa. Pero tenemos que valorar cuanto mal hace dar vía libre a las quejas y el efecto debilitador que tiene sobre la energía de las personas y las organizaciones. Para manejar los sollozos (las quejas) nos hemos acostumbrado a poner chupetes imaginarios. Un chupete es algo  que no soluciona nada pero sirve de consuelo. Los chupetes que nos ponemos los gestores de personas en las organizaciones son el consuelo continuo a través de las palabras. Siempre que alguien se queja de la situación, de los duro que esta todo, se le da la razón. Participamos del desconsuelo. Es normal que utilicemos el chupete de la comprensión. También nosotros lo necesitamos. Además la queja tiene una mortífera hermana mayor: la excusa. Y son dos hermanas que van siempre de la mano. La excusa se convierte, si se le permite, en el mayor agente corrosivo de la eficiencia organizativa. Las excusas agreden las buenas prácticas empresariales. Una excusa es un pasaporte para no penar más y mejor.
Pero quizás ya va siendo hora de que empecemos a quitarnos los chupetes. Si el bebe tiene hambre, hay que buscar sustento entre todos. El chupete no da de comer. El trabajo duro e imaginativo, si. Continuar con la dinámica de la queja no nos permite centrar la energía disponible en la búsqueda de nuevos retos. Quitémonos, pues, los chupetes. No deberíamos permitirnos, ni permitir a los demás, de ahora en adelante, perder el tiempo en expresar quejas y lamentos. Elimine usted los lamentos en su equipo. Es exactamente lo contrario: como la crisis es seria, no perdamos tiempo en actitudes depresivas. Dejemos de convencernos de que hay muchos motivos para la inacción. Invirtamos nuestro tiempo con los negocios y con los clientes. No nos aburramos a nosotros mismos, y menos a la gente que tenemos a nuestro alrededor, con nuestras quejas y lamentos.
¿Cómo? Simplemente, comunique su decisión de no permitirlas y sea congruente con esta decisión. No emplee tiempo ni en hacerlas, ni en escucharlas.
Crezcamos, pensemos, actuemos y sintamos como adultos. Vamos a quitarnos los chupetes, que alivian pero no solucionan ningún problema. Los chupetes son para gente chica. Nosotros somos grandes. Demostrémoslo.

                          Vega, J. ¿Nos quitamos el chupete? 14 de Octubre de 2012, El Mundo.
           
                Como enuncia este comentario, en versión de metáfora, opino que ya basta de mal utilizar los medios de comunicación masivos, como viene siendo Internet, para transmitir y hacer llegar a cientos de receptores, ese pesimismo y aculturación haciendo de este modo caer a los, mas desprovistos de educación e influenciables, mas jóvenes cada día, y cambiar dejando claro a todos la importancia de la educación por y para las Tic.
Hoy día, me atrevería decir, no se recuerda un panorama tan desalentador en lo que incumbe a los medios de comunicación, pues para ofrecer divertimento al pueblo se está vendiendo unos productos que transmiten a través de canales analfabetos e incompetentes, el morbo, desidia, músculos, minifaldas, silicona, relaciones de parejas sentimentales infieles e infelices, pero que se soportan por una mera dependencia sexual o económica, sexo drogas, alcohol sin freno…
Cambiando de medio pasamos a plataformas o medios a través de los cuales plasmamos nuestras consideraciones sobre todo tipo de cosas sin apenas estar informados y sin un criterio ni una formación que muchas veces no dan más que pena, como el video que adjunto aquí debajo, típico de la generación “ni-ni” caracterizado por todos estos adjetivos que he dicho anteriormente, solamente un ejemplo demostrativo.
Otro punto que me gustaría destacar es el dominado por la gran revolución que me parece de lo más patético y lo que viene siendo denominado el mundo del “guasap”, pues ni tan siquiera sé cómo se escribe o pronuncia, pues es una gran revolución, ya que permite mantener actualizado y localizado a todo aquel que posea un teléfono de última generación a tan solo un clic desde su bolsillo, o quizás me atrevería a decir que desde la mano, pues seguramente, viendo la gran dependencia que crea este nuevo medio por el que se comunica “todo Dios” con otros “Dioses” como si fueran agraciados con el don de la ubicuidad a través de ese canal de “guasap” y lo desgraciados, desactualizados “humanos” que no tenemos este nuevo instrumento de dominación, pareciera que no somos dignos de la atención de los consumidores dominados por este medio de menos de un palmo de envergadura, estamos sufriendo en nuestras propias carnes el pasotismo y la indiferencia al quedar con uno de estos Dioses, que parecen valer más que tu.

domingo, 14 de octubre de 2012

Ahora mas que nunca el mundo en el que vivimos se levanta sobre los números, algunos de los cuales tienen incluso nombre propio: el numero pi, el numero e… De todo el conjunto de números notables hay uno especialmente interesante: 1’6170339887… Resulta curioso saber que esta moderada cifra ha fascinado a lo largo de la historia a muchas más mentes brillantes que pi y e. durante siglos ha recibido denominaciones de lo mas llamativas: numero de oro, proporción trascendental, numero divino, divina proporción, etc. El numero de oro, que se representa con la letra griega phi, habita un territorio de relaciones y propiedades numéricas increíbles, pero también de conexiones insospechadas entre la naturaleza y las creaciones humanas.
Describir la belleza puede parecer una tarea imposible, pero la pasión por ella está en la esencia de lo que nos hace humanos. Cada vez hay más evidencias de que nuestros antepasados plantaron flores, simplemente porque eran bellas, mucho antes de que desarrollaran una agricultura práctica que les sirviese de alimento. Y basta pensar en la Grecia Clásica para entender que el culto a la belleza se sitúa en la base de la civilización. Incluso quienes dedican su vida al pensamiento más abstracto, los matemáticos, están convencidos de que solo las demostraciones más bellas son ciertas.
Podemos definir la belleza de una manera escueta, con un solo número: el número áureo, llamado Φ  en honor de Fidias (que en griego antiguo se escribe Φειδίας), sin duda el mejor arquitecto y escultor de la Atenas clásica.
Si alguna vez hubo un número mágico por excelencia, ese fue Φ. Sorprendentemente se trata de un número irracional tan extraño como: Φ = (1 + 51/2 / 2), un número con infinitas cifras decimales y con un valor en principio tan inverosímil como F = 1,6180339887498… (y así hasta el infinito).
Pero la clave del asunto está en que el número áureo marca las proporciones que nos resultan más armoniosas. Así, desde nuestro humilde DNI (que es un rectángulo áureo pues la relación entre su base y su altura es Φ) hasta el hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, el mundo está lleno de proporciones áureas. Las grandes obras de la arquitectura (de pirámides a catedrales, pasando por edificios de Le Corbusier) mantienen proporciones áureas en sus longitudes, anchuras y alturas. Las magníficas espirales de los nautilos son áureas; las estrellas de mar son áureas. Encontramos la proporción áurea en casi todo lo que nos resulta bello.
Como no podía ser de otro modo, encontramos el numero o proporción aurea en la musiica de autores romanticos como Debussy, pasando por Chopin e incluso llegando a autores tan contemporáneos como Ennio Morricone. Con presencia de este tipo de música, que podríamos denominar, en algunas ocasiones, divina o de los dioses, seres tan vitales e incapaces de mostrarnos mediante comunicación alguna su parecer, como son las flores, animales irracionales o inclusive el agua, mirando sus partículas a través de un microscopio, podemos advertir que sus vidas se prolongan mas en el tiempo, con mayor calidad e incluso podemos ver como las partículas de agua forman figuras geométricas cristalizadas, de una belleza tal que asemeja a una divinidad.
Por lo tanto, la música, por lo general, de estilo romantico, a través de su armonía influye en el desarrollo de la personalidad, a edades tempranas, en el aquietamiento del espíritu. En definitiva, el numero aureo, lo que manifiesta es el orden y equilibrio, la exactitud.
 
Las manifestaciones de Φ en la dimension fractal continuan mucho más allá, hacia terrenos insospechados. Lo que nos interesa de su relacion es que nos permite constatar que un numero anciano y vulnerable, que empezo su andadura matematica hace mas de veinte siglos, puede conectar perfectamente con los conocimientos matematicos de vanguardia. El numero Φ no es una antigualla que arrumbar en el baul de los recuerdos, continua con vida e imparable.
 
En la pagina web de la Western Washington University encontraremos 10.000 decimales de Φ. Si buscamos en ellos, tropezaremos con toda seguridad con nuestra fecha de nacimiento, pero tambien con la matricula de nuestro coche. En realidad, podemos encontrar cualquier tipo de secuencia numerica que podamos imaginar.
 

Homo Videns Vs. Homo Sapiens Sapiens (s. XXI)


Hoy día, tal y como nombra Sartori, G., el Homo Sapiens está dando el relevo, forzosamente, al Homo Videns. Mientras que una característica incondicional del ser humano e inseparable como es la capacidad y habilidad de relacionarse, comunicarse, en definitiva tener contacto directo con los demás, para así ratificar la condición de asociarse estableciendo contactos directos mediante la palabra, lo que hace desarrollar habilidades como la inteligencia remota, etc., cada vez se está perdiendo en pro de la imagen, que en muchas ocasiones “una imagen vale más que mil palabras”, lo que está llevando a perder el contacto directo, procediéndose así al establecimiento de un lenguaje cuyo elemento principal o instrumento no es la palabra, sino la metáfora, la imagen.
La imagen pasa a tener una importancia suprema, tanto así que el mensaje escrito o hablado a consecuencia pasa a tener una importancia relativa, pues no hace más que comentar esa proyección. Esta supremacía de la imagen está haciendo que perdamos la capacidad de establecer un cierto simbolismo y nos está haciendo retroceder a los tiempos del hombre y la caverna, cuando no éramos capaces de establecer una relación  abstracta entre sombras y realidad, o haciendo referencia a otros dichos populares, “si no lo veo no lo creo”, al igual que Santo Tomás que no cree hasta que no toca. Con estas nuevas tecnologías todo existe en un mundo virtual, cuya realidad no es palpable, pero sí que prima la imagen al no tener necesidad de poseer cierto nivel de significación del mensaje escrito o hablado.

La anulación de la palabra y mensaje escrito, así el procedimiento de análisis que este conlleva, la abstracción de mensajes que llevan insertos en una sola palabra la evocación de imágenes y otros significados, se está perdiendo y lo que está haciendo esta evolución del mecanismo de comunicación es, siempre desde mi humilde punto de vista, embrutecer al ser humano y que cada vez haya menos problemas para que una elite pueda dominar al pueblo llano, desde que se es un niño al tener posibilidad de acceder libremente a este contenido de internet y la televisión.

¿Queremos ganar en sencillez de visionado de una imagen, sin tener posibilidad de dar pie ninguno a la imaginación perdiendo la capacidad de un animal con raciocinio, o queremos poseer la capacidad de discernir por nosotros mismos haciendo hipotéticas conjeturas que nos mantengan en alerta y así tener despierta la habilidad de criticar cualquier cosa y poseer la razón?